Hipermetropía: El reto de enfocar de cerca
A PROPÓSITO DE HIPERMETROPÍA
DEFECTOS REFRACTIVOS
Dr. Marco Aurelio Torres Segura
7/22/20254 min leer
A PROPÓSITO DE HIPERMETROPÍA
La hipermetropía es un defecto de refracción del ojo, es un trastorno visual común que se produce cuando las imágenes se enfocan detrás de la retina y no directamente en ella, estando relajado el sistema visual, provocando que los objetos cercanos e intermedios se vean borrosos mientras que los lejanos se pueden percibir con mayor claridad. Afecta a personas de todas las edades, aunque suele diagnosticarse en la infancia.
Se estima que millones de personas en el mundo viven con algún grado de hipermetropía, y su impacto puede variar desde leve a severo, dependiendo de factores individuales como la edad y la salud ocular general.
La hipermetropía principalmente tiene su origen en una estructura ocular anómala:
Un globo ocular con longitud axial corta, es una razón por la cual la luz se focaliza por detrás de la retina. (Hipermetropía axial).
Una curvatura insuficiente de la córnea o del cristalino (más plana o con menor potencia). Al no contar el aparato visual con la potencia adecuada, la capacidad de enfocar la luz es insuficiente. (Hipermetropía de curvatura).
Por una alteración del índice de refracción del cristalino, humor acuoso y humor vítreo. (Hipermetropía de índice).
Por una distancia excesiva entre el cristalino y la córnea.
Cambios relacionados con la edad: Aunque la alteración es frecuente en niños (y muchas veces se corrige con el crecimiento), también puede aparecer o empeorar en adultos mayores debido a cambios en el cristalino.
Por falta del cristalino (afaquia).
Dentro de los factores de riesgo encontramos los antecedentes familiares (Tener padres con hipermetropía incrementa el riesgo), la edad (Los niños suelen tener hipermetropía por el tamaño pequeño del ojo aunque mejora con su desarrollo. En adultos mayores, la presbicia (forma de hipermetropía relacionada con la edad) es común, por los cambios estructurales del cristalino y de los medios refringentes) y problemas de desarrollo ocular (Condiciones médicas o genéticas que afectan el crecimiento normal del ojo pueden predisponer a la hipermetropía).
Algunos autores clasifican la hipermetropía según su severidad en:
Leve: Hasta 2.00 dioptrías. Generalmente asintomática y puede no requerir corrección.
Moderada: Hasta 5.00 dioptrías. Requiere corrección visual constante y se asocia a fatiga visual, dolores de cabeza, visión borrosa de cerca y enrojecimiento ocular.
Alta: Más de 5.00 dioptrías. Requiere corrección visual permanente; puede estar asociada a otros problemas oculares como estrabismos y ambliopías.
También pueden clasificarse por su forma de presentación y su relación con el fenómeno de la acomodación, en:
Latente: Cuando el aparato visual compensa la visión borrosa mediante la acción del músculo ciliar, puede llegar a +1.00 dioptría, no requiere corrección, no disminuye la agudeza visual y es evidente al examen bajo cicloplejía.
Manifiesta: Es la que no alcanza a compensar el tono del músculo, los síntomas son evidentes y requiere corrección óptica. Se divide en: Facultativa que puede ser compasada con el estimo de la acomodación, presenta buena agudeza visual y requiere corrección positiva, y absoluta, que es la porción del defecto refractivo que excede la amplitud de acomodación y que no puede ser compensada por la acomodación, presenta alteraciones en la agudeza visual de lejos y debe usar corrección óptica permanente.
Total: Corresponde a la sumatoria de la hipermetropía latente más la manifiesta y se detecta en un examen ocular completo que incluya refracción bajo cicloplejía, valoración del estado motor del aparato y sistema visual (motilidad, ducciones y versiones, reflejo de la acomodación, vergencia acomodativa, acomodación proximal y la acomodación tónica entre otros).
Los síntomas y signos más comunes que sufren las personas con hipermetropía no corregida es la astenopia acomodativa, originada por el cansancio ocular, presentando:
Visión borrosa de los objetos cercanos: este síntoma es el más habitual, aunque a veces puede pasar desapercibido o atenuarse en los niños o jóvenes debido a la capacidad de acomodación de sus ojos.
Dolor o fatiga ocular: suelen aparecer después de haber pasado un tiempo prolongado realizando actividades que requieren de una buena visión de cerca como leer, trabajar con el ordenador, etc.
Dolor de cabeza: sobre todo después de un sobreesfuerzo de acomodación prolongado, o sea trabajo de cerca excesivo.
Enrojecimiento ocular: sobre todo al final del día. Puede ir acompañado de lagrimeo, escozor y parpadeo excesivo.
Estrabismo o exotropía: En ocasiones puede aparecer como una reacción involuntaria a la acomodación que hacen los ojos para enfocar correctamente.
Ambliopía o disminución de la agudeza visual sin causa aparente.
La hipermetropía puede corregirse con anteojos, lentes de contacto o cirugía; sin embargo, este defecto refractivo es posiblemente al que menos se le preste atención, debido, quizás, al hecho de constituir una ametropía que muy rara vez evoluciona aumentando su valor dióptrico u originando complicaciones. La hipermetropía es una ametropía que se presenta en la práctica con muy elevada frecuencia, pues es el estado refractivo que padece el 55% de la población total, pero afortunadamente en la mayor parte de los casos, se trata de alteraciones muy débiles, inferiores a 1.00 dioptrías y que son compensadas por el fenómeno de la acomodación.




Marco Aurelio Torres Segura, OD.
Coordinador Académico CAMPLUS
Director científico Laboratorio Óptico Visualizamos




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